miércoles, 12 de septiembre de 2007

Discriminación: una mirada de lo que somos



Desde que el hombre era nómade vivió situaciones de diverso cambio y transformación. Tuvo que aprender a subsistir por medio de la creación y posterior utilización de objetos rudimentarios y sobre todo la constante innovación. Aprendió que preferir una cosa por sobre otra, significa la existencia de una cualidad que la otra no tiene. El constante cambio y reemplazo de las cosas estableció lo que hoy llamamos una: diferencia.

Así es nuestro mundo de hoy, preferimos cada vez y con más rapidez cosas o situaciones que nos simplifiquen la existencia, la vida. Todo esto exacerbado al mismo tiempo por el acelerado avance que experimentan y participan las sociedades actualmente. Todo englobado en un solo fenómeno: la globalización.

Antiguamente los nómades eran agrupaciones de personas que se mantenían unidas bajo una idea muy clara de pertenencia e igualdad. Al presente este último término ha cambiado. Es cierto que pertenecemos a comunidades y que nos sentimos parte de ellas, que nos mimetizamos y nos vemos reflejados, pero ¿Qué pasa cuando éstas ideologías fundadas, establecen diferencias notorias y hasta podríamos decir discriminatorias?

Existen fragmentaciones y notorias segregaciones que a veces pueden costar la reputación de algunos y la dignidad de otros. Las diferencias que comenzaron a gestarse con el simple hecho de discriminar entre una herramienta y otra entre los nómades han llegado a evolucionar a tal punto de crear una nueva percepción de discriminación, esto es, dejar de lado el sentido de humanidad y hermandad entre las personas.

Ejemplo de ello fue lo ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial y el holocausto judío, Hitler decidió exterminar a miles de semitas con el fin de mantener la raza aria, dejando no tan sólo cadáveres sino que imborrables secuelas. Todo fue el resultado de una desigualdad racial. Cuántas veces los negros han sido asociados al poco higiene a la maldad, a los hurtos y a la violencia o cuántas veces las diferencias socio-económicas han sido la justificación a tratos desiguales y miradas fijadas en altos niveles de subestimación.

Es inevitable que cualquier mínima diferencia sea transformada y tomada como razón de
discriminacion social. Lamentablemente los avances en la historia han determinado otros cientos de retrocesos. El hombre ha perdido la capacidad de tolerancia, de manera tal, que sin darnos cuenta nos vamos quedando solos. Las iniciativas que toma el mundo para vivir en un mejor mañana, han destruido la base de la convivencia y de las relaciones sociales.

Frente a esto debemos plantearnos qué es lo que pasará a futuro si éstas viejas y nuevas costumbres siguen en pie…es tan simple como preguntarse ¿el hombre puede vivir sin el hombre? O mejor dicho ¿el hombre puede vivir en ausencia del hombre nómade y su sentido de igualdad?

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